o ¿Cuánto tiempo más lo esconderás debajo de la alfombra?
Si vivieras en un entorno limpio, bebieras agua limpia, comieras sólo alimentos cultivados por ti mismo y tuvieras sólo pensamientos amorosos, te diría que no tienes que preocuparte en absoluto por desintoxicarte. Nuestro cuerpo crea sustancias tóxicas, por muy sanos que vivamos, pero cuenta con ello y sabe cómo deshacerse de ellas. Al fin y al cabo, tenemos un hígado que filtra la sangre y puede desarrollar lo que se llama fiebre hepática, en la que quema lo que podría perjudicar al organismo.
Cuando la temperatura es elevada, el hígado también produce anticuerpos contra patógenos específicos con los que entramos en contacto.
EL CUERPO PUEDE LIMPIARSE A SÍ MISMO
Nuestro cuerpo es más listo de lo que pensamos, no puede dejar que las sustancias tóxicas circulen por los órganos vitales, así que se limpia.
Pero si no puede seguir el ritmo, barre las sustancias de desecho debajo de la alfombra, por así decirlo, y las almacena en lugares menos importantes desde su punto de vista.
Los metales pesados, por ejemplo, se depositan en el tejido adiposo y, en última instancia, ésta puede ser la razón por la que el cuerpo se resiste a deshacerse de las reservas de grasa, ya que tendría que eliminar todo ese desorden en el torrente sanguíneo. Otras sustancias de desecho se almacenan en las articulaciones (ácido úrico) y los tendones, otras se encapsulan y forman quistes. El cuerpo sólo hace vertidos en su interior si no tiene tiempo para limpiarlos adecuadamente. Una vez que consigue ese tiempo, se lanza a esa labor tan demorada, pero el tiempo, como sabemos, es un bien escaso.
MÉTODOS CAROS DE DESINTOXICACIÓN
Los siguientes métodos para desintoxicar nuestro cuerpo requieren algo más que una pequeña dosis de fuerza de voluntad por nuestra parte, pero eso es también lo único que nos costará. De hecho, es la única moneda con la que podemos «comprar» a nuestro cuerpo ese tiempo para desintoxicarse.
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Ayuno intermitente y alimentación.
Si pasas al menos 17 horas sin comer desde tu última comida hasta la primera, apoyas la capacidad natural de tu cuerpo para repararse a sí mismo, lo que técnicamente se conoce como autofagia. La autofagia es un mecanismo muy complejo y evolutivamente refinado mediante el cual el organismo mantiene la estabilidad de su medio interno descomponiendo sus propios componentes sobrantes o dañados.
Por dilucidar el proceso de la autofagia, el científico japonés Yoshinori Osumi fue galardonado con el Premio Nobel de Fisiología o Medicina 2016. Gracias a la capacidad de la autofagia, nuestro organismo puede reciclar grandes cantidades de aminoácidos, ahorrando así mucho trabajo y material de construcción que, de otro modo, sería necesario reponer a partir de los alimentos.
El proceso de la autofagia es una estrategia muy ingeniosa en la que todos ganamos: se limpian las células dañadas y, al mismo tiempo, se utiliza este material para construir otras nuevas. Explica por qué no se pierde necesariamente músculo cuando se ayuna y por qué incluso una dieta pobre en ingesta de proteínas no tiene por qué perjudicar al organismo.
El proceso de autofagia puede estimularse de otras formas distintas al ayuno, y también puede apoyarse mediante la restricción calórica (comer menos), el entrenamiento a intervalos de alta intensidad (HIIT) de corta duración y la curcumina de la raíz de cúrcuma.
Todas estas formas de favorecer la autorrenovación del organismo son factores probados de prolongación de la vida, por lo que está claro que es una buena idea no comer en exceso, a veces no comer en absoluto, hacer ejercicio físico con regularidad y amar el curry.
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Endurecimiento o flujo de energía entre el fuego y el agua
Un antiguo método de desintoxicación es la conocida sauna, que expulsa las sustancias de desecho del cuerpo mediante el aumento de la transpiración.
Por supuesto, esto también se puede conseguir bajo un edredón, que es una de las formas realmente muy eficaces de tratar muchas enfermedades víricas.
En general, la combinación de calor y frío favorece el flujo de energía en el cuerpo y la resistencia general. Sin embargo, poca gente sabe que podemos conseguir resultados muy similares a los de la sauna refrescándonos con agua fría. Los mecanismos termorreguladores que llevamos dentro se activan y empiezan a generar calor cuando nos enfriamos.
Se despierta la energía, se expulsan las sustancias innecesarias y tóxicas y, como recompensa por su determinación de visitar los límites de su comodidad, recibe un chute de endorfinas que le levantan el ánimo, lo quiera o no.
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La técnica del viento según Wim Hof
Esta técnica especial de respiración puede alcalinizar la sangre y, como han confirmado los estudios científicos, eliminar los microorganismos no deseados y sus productos tóxicos del cuerpo. Aunque este método es sencillo y ahorra tiempo, mi experiencia me ha demostrado que la gente sólo está dispuesta a tomarse un poco de tiempo cuando ya tiene ‘el agua hasta el cuello’.
LO LIMPIA POR TI
Realmente existe un producto que hará gran parte del trabajo por una persona. Si necesita ayuda para limpiar toda esa mugre que ha acumulado bajo su alfombra, Cytosan es lo que necesita.
Contiene sustancias extremadamente bioactivas, humatos – una mezcla de ácidos húmicos y fúlvicos formados por la descomposición gradual de materia orgánica terciaria en los yacimientos de lignito y turba, además de silimarina, que favorece la limpieza del organismo y la salud del hígado.
Es ideal combinar Cytosan con el uso de Regalen, que favorece la capacidad desintoxicante del hígado. Recuerde beber suficiente agua para eliminar todo lo que necesite ser eliminado.
AUTOR DEL ARTÍCULO
Mgr. TEREZA VIKTOROVÁ