Pequeñas cantidades de vitaminas son suficientes para el mantenimiento de las funciones vitales y están presentes en los alimentos naturales. Las vitaminas las sintetizan los microorganismos y las plantas. Sin embargo, los humanos no podemos sintetizar parcial o totalmente estas moléculas orgánicas.
En el cuerpo humano las vitaminas actúan como catalizadores de las reacciones bioquímicas. Colaboran en el metabolismo de las proteínas, los polisacáridos y los lípidos. Además de ser indispensables en el mantenimiento de muchas funciones corporales, ayudan a mantener y reforzar las reacciones del sistema inmunológico. Existen trece tipos básicos de vitaminas. El organismo no puede sintetizar la mayoría de ellas y las repone a través de una alimentación rica y variada. Cuando las vitaminas que aportamos a través de la alimentación no son suficientes pueden aparecer disfunciones importantes del organismo, incluso patologías muy serias.
Si por el contrario hay un exceso de vitaminas en el cuerpo, este desequilibrio puede ser de varios tipos:
- Vitaminas hidrosolubles, las vitaminas diluidas en agua, cuyo exceso se libera con facilidad.
- Vitaminas liposolubles, las solubles en grasa —vitaminas A, D, E y K— son mucho más difíciles de eliminar.
La vitamina A es la que más puede dañar al organismo en caso de exceso. De cualquier forma, los casos de hipervitaminosis son bastante excepcionales y ocurren, principalmente, en dietas poco variadas o cuando se da una suplementación inadecuada de los complejos vitamínicos. Cuando se suspenden las sobredosis o se corrige la alimentación, el exceso de vitaminas se normaliza en poco tiempo.
En cada número de nuestra Revista Vitae comenzamos a dar un repaso general a las vitaminas.
Sin ser un tema central de la salud, pequeñas carencias vitamínicas pueden acabar teniendo consecuencias serias, por lo que nos pareció un buen tema a incluir en la revista para conocerlas un poco mejor.